Monaco and The Grimaldis

Monday, April 11, 2005


Durante 56 años, Rainiero Grimaldi gobernó con mano firme el diminuto estado de Mónaco, situado a orillas del mar Mediterráneo. Con apenas 32.000 habitantes -de los cuales sólo 9.000 son monegascos- Mónaco se convirtió, en la última mitad del siglo XX, en una sociedad pujante y lujosa en la que el glamour y el exceso desarrollaron la marca de la casa.

La historia reciente de Mónaco es inseparable de la actividad diplomática y financiera realizada por el príncipe Rainiero. Bajo su tutela, las faldas de los cerros L´Abadie y L´Acere irían poblándose de altos edificios en los que empresas de todo el mundo abren sus sedes atraídas por las facilidades fiscales del Principado. Mónaco es una potente máquina de multiplicar fortunas que, a día de hoy, genera un volumen de negocio de 600 millones de euros.

Por si fuera poco, Rainiero se encargó de proyectar una imagen casi legendaria de la Casa Grimaldi. Casado con uno de los mitos más centelleantes de Hollywood, la actriz Grace Kelly, Rainiero explotó con habilidad una posición pública a medio camino entre la élite cultural y la cultura de masas. Esto le llevó a protagonizar las portadas de las revistas del corazón mientras patrocinaba exquisitas compañías de danza.

Todo este legado cultural, social y económico recae ahora sobre el heredero del Principado, Alberto de Mónaco. Con 47 años de edad, Alberto Alejandro Luis Pedro Grimaldi, príncipe de Mónaco y Marqués de Baux, deberá mantener vivo el espíritu de una dinastía con más de siete siglos de antigüedad y controlar las riendas del pequeño país de la Costa Azul.

El único varón fruto del matrimonio entre Grace Kelly y Rainiero gozó desde su infancia de una educación esmerada que ha dado como resultado, según sus allegados, a un hombre provisto de una sólida formación y sobradamente preparado para cumplir la nueva función a la que se ve encomendado.

Alberto inició sus estudios en las Escuelas Comunales, cursó bachillerato en el Instituto Alberto I y, posteriormente, estudió Ciencias Políticas y Económicas en el Instituto Saint Maur. La influencia de su madre le llevó a dominar el idioma inglés, por lo que completó su formación en Estados Unidos, concretamente, en el Amherst College (Massachusetts). En 1981 se graduó con el título en Administración Política y, poco después, realizó prácticas financieras en la Banca Morgan de Nueva York. Más tarde, trabajó para una agencia de publicidad, un gabinete de abogados y en la firma francesa Moet Hennessy. De 1981 a 1982 sirve en la Marina de Francia (país que se encarga de la defensa del Principado).

Tras abandonar parte de sus vínculos con la actividad empresarial y, sobre todo, al ingresar Mónaco en Naciones Unidas en 1993, Alberto comienza a dar muestras de una mayor presencia en la vida política y social de su país, bien como presidente de la delegación monegasca de la ONU, bien como promotor del Principado en el extranjero.

Desde hace años, Alberto colaboraba codo con codo junto a su padre en la gestión del país. No en vano, el viejo Patrón –como se le conoce en Mónaco-, había conseguido crear en su hijo la figura de un fiel consejero desde que, a la temprana edad de 16 años, Alberto asistiera a una reunión del Consejo Nacional (Parlamento).

Fuera de la política, Alberto es conocido por ser un consumado y polifacético deportista: cinturón negro de judo, practica también la natación, el tenis, el esquí, el automovilismo (ha participado en el Rally París-Dakar), el golf, el rugby y los deportes de vela.

Con tan brillante currículo, sólo la pertinaz soltería de Alberto parece ensombrecer la figura pública del aristócrata. Pese a que se le han atribuido multitud de romances, el nuevo príncipe monegasco parece no haber decidido si desea fundar una familia a corto o medio plazo. Sin embargo, la Casa Grimaldi, que no contempla la ley sálica, tiene asegurado su relevo dinástico en Carolina de Mónaco, hermana mayor de Alberto y primera heredera al trono tras el varón. Los hijos que la princesa tuvo en su relación con el multimillonario Stéfano Casiraghi, Andrea, Pierre y Carlotta, serían los siguientes pretendientes al Principado en la línea sucesoria de la familia.

Fuente:Yahoo.es

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